Hola a tod@s!!
Tengo el blog un poquito abandonado, y este espacio todavía más. Y es que soy novata en las dos cosas, aunque en esto de los microrrelatos me supero, jajaja!!
Bueno, aquí os va uno de mis delirios, como me gusta llamarlos, a ver qué os parece.
Por cierto, TODO, ABSOLUTAMENTE TODO lo que aparece escrito en este blog de mi puño y letra, está debidamente registrado. (Es que se me había olvidado hacerlo notar con anterioridad. Como mi "carrera" literaria es tan corta...)
EN LA TORMENTA
Podría
morir en la cama con ella.
Eso es lo primero que pienso cuando la veo en el umbral
de la puerta, armada con dos copas y champán, evaluando la diminuta toalla que
cubre mis partes íntimas.
Todo se borra de mi imaginación. El viaje programado a
aquella isla paradisíaca, mi misión cumplida, los bultos escondidos bajo la
cama… Incluso la fuerte tormenta que arrecia contra los cristales de mi
habitación.
Sus ojos me acarician como lo hicieron antes, cuando
acortamos distancias en la piscina del hotel. Su perfume envía señales a mis
instintos animales. El cuerpo, escultural y seductor, está embutido en un
ajustadísimo vestido negro que deja muy poco a la imaginación. Sus interminables
piernas —¡Joder, menudas piernas!—, acaban en unos zapatos negros, con
finísimos tacones de vértigo y una punta de diminutas dimensiones.
Un
pecado viviente.
Me
siento inferior, pero intento disimularlo.
—Sabía que me harías una visita —proclamo, como si fuera
un himno a la masculinidad.
Ella decide entrar. Se deja mimar por la luz de la
mesilla de noche antes de desafiarme con la mirada.
—Me la estabas pidiendo a gritos —responde, machacando mi
autoestima.
Yo
solo me fijo en sus pies.
—Caray,
nena, menudos zapatos.
—Son
stilettos.
—¿Cómo
dices?
Ella
levanta una pierna y me lanza uno de esos… stilettos,
esperando que lo recoja. No la defraudo.
—Eres
un aburrido —me acusa con voz melosa—. ¿Nos divertimos un poco?
—Claro.
Uno siempre está dispuesto después de un arduo
trabajo con final feliz. Cojo la copa que me ofrece. Sentada en el borde de la
cama, cruza sus piernas a lo Sharon Stone. Así descubro que no lleva ropa
interior.
Ella
inspira. Me doy cuenta de que ha descubierto el inesperado alzamiento de mi
toalla de baño.
No
hay más palabras. Apenas nos acabamos el champán cuando ella se abalanza sobre
mí y me tumba de espaldas. Estoy indefenso, siendo el capricho de una hermosa
ninfómana, el esclavo de sus deseos, de su boca, de sus dientes, de su lengua.
Me
succiona. Bebe de mí sin piedad, y yo me dejo hacer. Se apropia de mi sexo,
llena su interior, me cabalga con maestría… Y me hace tocar el cielo con las
manos.
Horas
después, un golpe de viento me despierta.
Mi
brazo está unido al cabecero de la cama. Por el tacto, imagino que son unas
esposas. Alargo el otro para encender la luz.
Lo
que descubro me deja mudo.
Ella
exhibe su gloriosa desnudez sobre mí, victoriosa. El tacón de un stiletto presiona mi pecho. Aturdido,
tardo en reconocer la reluciente placa que exhibe ante mis ojos. Cuando empiezo
a comprender, veo los bultos escondidos bajo la cama, ahora desperdigados por
la habitación.
—Atrapé
al ladrón —proclama triunfal—. Soy inspectora de policía. Quería pasar un buen
rato contigo antes de detenerte… Ya me entiendes.
Sí.
Soy como un trofeo de caza.
No
hay más sonido, ni resistencia por mi parte.
Tan
solo el ruido de la tormenta que retumba en la ventana.
VAya! eso sí que es una pillada en toda regla!
ResponderEliminarMe ha gustado!
Un bico y gracias x compartirlo :D
Gracias a ti por pasarte y dejar tu opinión, guapa!!
EliminarBesos...