jueves, 12 de diciembre de 2013

LA HIJA DEL CÓNSUL

¡¡BUENOS Y HELADORES DÍAS PARA TOD@S!!
Uf, madre mía, cada vez soy más lenta leyendo!! Bueno, también es verdad que ciertas lecturas se saborean mejor así, poco a poco, controlando esa necesidad que tengo de DEVORARME la historia cuando esta me gusta.
Y esta en particular, me ha encantado. Me refiero a LA HIJA DEL CÓNSUL, de mi compañera Teresa Cameselle.



Bueno, ¿qué queréis? Tenía ganas de leer una novela histórica, y creo que acerté de pleno.
¿Cómo calificar la sensación sentida al adentrarme en la historia de María Elena y Alí? Con estas tres palabras, creo que me acercaría bastante: suavemente me mata (sí, ya sé que es el título de una peli, pero es que en este caso se ajusta ala perfección).
¡Y es que este príncipe tuyo me ha dejado muerta, literalmente, Teresa! Un hombre comedido, con un corazón tan grande que no le cabe en el pecho, que cae rendido a los pies de nuestra heroína... Eso por no hablar de sus ojos, su pelo, su talla de... pantalones. ¡En fin! Que me pasé suspirando la mayor parte del tiempo, más cuando, gracias al estilo impecable, elegante y sencillo de la autora, te vas adentrando en sus sentimientos por María Elena, en su capacidad de sacrificio con tal de estar con ella, en el inmenso amor que le profesa.
¿Y qué decir de ella? Como a mí me gustan, sí señor. Firme, que siente temor y miedo ante su nueva e inesperada situación pero que sabe sobreponerse a ambas emociones. Claro que con semejante hombretón al lado cualquiera no se sobrepone... 
Del resto, me quedo sin palabras. La ambientación, única y sencillamente perfecta. Si cierras los ojos, te imaginas cada lugar descrito por Teresa, cada traje e incluso cada joya o mobiliario. El erotismo (ese que solo yo y pocas más entendemos como tal, vamos, ese que ya está anticuado, pero que viene dado por una mirada, una sonrisa, unas palabras o un simple roce antes de entrar en temas de mayor relevancia), elegante también, suave y vehemente a un tiempo, consiguiendo que lo sientas en tus propias carnes.
En resumen, un libro que recomiendo encarecidamente, sobre todo a aquellas que, como yo, ya tenemos unos años y, en cierta forma, nos sentimos nostálgicas de ciertas autoras y ciertas formas de escribir.
Teresa, se notan las influencias (buenas, buenísimas) de las grandes en ti, pero con un giro muy personal que me ha encantado.
¡¡¡MUCHAS FELICIDADES, GUAPA!!!