martes, 9 de diciembre de 2014

OBEID Y RAISSA: EL PODER DE LA TERNURA

Dos personas que aparentemente tienen poco en común. El primero apenas llega a los nueve años y es un varón. La segunda, está a punto de traer una nueva vida al mundo y es mujer.
Parece que solo los protagonistas de TUAREG, Tahir y Beatriz, los unen. Eso, y que pertenecen a la misma Confederación de tribus.
Pero en realidad, hay una emoción que ambos inspiran, por la que ambos se guían y que decidirá el destino de los dos: la ternura.
¿Por qué? ¿Cómo y de qué manera? Vamos allá.


OBEID

Decir que uno de los mejores amigos del protagonista de una novela apenas llega al metro y medio de estatura, seguramente todavía estará cambiando los dientes de leche, tiene la inocencia pintada en los ojos, y su edad aún no llega a las dos cifras, quizá sea decir demasiado. Pero es cierto.
Por razones que vosotr@s deberéis averiguar, Obeid se apartaría de la sombra de Tahir tan solo con agua caliente. Y ni aún así lo conseguiría.
Para él, y pese a contar con un padre relativamente importante dentro de la Confederación y una hermana mayor con una cohorte de admiradores pisándole los talones, su mayor referente es Tahir. Valiéndose de la prematura libertad de la que gozan los varones nada más llegar a los nueve años, Obeid come con Tahir, cabalga con Tahir, participa de las bromas de Tahir e incluso duerme con Tahir.
Bueno, esto último antes de que cierta extranjera le arrebate el puesto. En resumen, Obeid no se imagina llegar a la edad adulta sin parecerse a su amigo-hermano mayor-padre. Y si para ello tiene que demostrar sus simpatías hacia la mujer de la que su ídolo parece más que interesado, pues lo hace y ya.
¿Queréis ver una muestra de esa camaradería hombre-niño? Aquí la tenéis:



RAISSA

Una mujer menuda, hermosa y risueña, cuyas buenas intenciones siempre se extrapolan al resto de los mortales que la rodean. Raissa vive feliz y enamorada de Al-Faisal, el hermano mayor de Tahir y su esposo. Espera con ansia e ilusión la llegada de su primer hijo, y cuando conoce a Beatriz, sabe sin lugar a dudas que aquella mujer sellará el destino de su cuñado.
Quizá sea por cierta intuición desarrollada en el medio hostil en el que vive, quizá por pasar la mayor parte del día en compañía de Gulnar, su suegra, desarrolla enseguida una simpatía sin límites hacia Beatriz, que se traducirá en unos lazos muchos más fuertes y duraderos.
Con ella compartirá sus sentimientos más íntimos, sus opiniones más ocultas, y ciertas confidencias que solo pueden darse entre mujeres cuyo entendimiento va más allá de culturas y razas.
¿Queréis saber a qué me refiero? Aquí tenéis un pequeño ejemplo: