jueves, 16 de mayo de 2013
Mi última lectura, una novela fresca, rozando el chick-lit, con unos personajes principales, Álvaro y Celia, que se pasan la vida jugando al ratón y al gato en lo que a amor se refiere, que se conocen desde niños y que siempre han estado enamorados el uno del otro.
Una herencia de por medio, y una carrera hacia el matrimonio en Las Vegas, les hará ver que, finalmente, su destino es estar el uno junto al otro. Pero mientras tanto...
El estilo de Olivia me ha hecho ponerme nostálgica en más de una ocasión. Su pluma, fantástica, sencilla, directa, reflejando a la perfección ciertas costumbres de los pueblos, de la mano de secundarios inolvidables, como Nico, amigo común de los protagonistas, el abuelo Cele (¡encantador!), Susana y su novio Javier... (¡me encantó la historia de estos dos, la verdad!).
El único pero que le pongo (ya sabéis que para mí todo libro tiene uno) es que, en ocasiones, la historia se vuelve un poquito pesada, se ralentiza e incluso es algo "sosa", aunque la autora lo compensa con creces, poniendo una naturalidad en sus diálogos que me ha hecho soltar alguna que otra carcajada.
Por otro lado, no he acabado de empatizar mucho con la protagonista femenina. En ocasiones me ha parecido muyyyyy egoísta e intransigente. No he terminado de entender cómo una relación se puede estropear de esa manera por una pregunta inoportuna por su parte, a la que Álvaro, en un alarde de cabezonería demasiado infantil, no da ningún tipo de respuesta. Pero bueno, ya se sabe que todo personaje debe tener sus defectos para ser más cercano al lector...
Altamente recomendable.
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