miércoles, 21 de agosto de 2013

¿DOCTOR JEKYLL O MISTER HYDE?


Me parece que ha pasado una eternidad desde que os presenté el último personaje de LA HEREDERA, y puede ser que, en efecto, haya pasado una eternidad. Pero es que he estado super liada, de semi vacaciones, en la piscina o la playita... En fin, lo que se suele hacer por estas fechas.
Por eso os pido perdón. Prometo que, a partir de ahora, volveré a mi rutina de un personaje semanal, o quincenal, porque ya quedan muy poquitos...

El de hoy tiene aspecto de caballero, aunque no termina de serlo. Tiene voz suave, amable, aunque no termina de serlo. Ama a Elena de una forma muy peculiar, casi enfermiza, entremezclada con un odio creciente y oscuro, aunque tampoco termina de decantarse por una cosa u otra.

Sí, me refiero a Juan Lomana, tutor de nuestra protagonista por mandato expreso del padre de Elena, a la que conoce desde que era una niña.


Aquí lo tenéis. Intrigante, tenebroso, frío en ocasiones, en otras extremadamente visceral, atormentado por la disyuntiva amor-poder. Celoso por no poder poseer aquello que otros ya tienen y que considera de su propiedad...
Para que os hagáis una idea de lo que quiero deciros y no puedo confesaros, transcribiré un extracto de una escena del manuscrito original, pero que finalmente no llegó a ser publicado. Espero que os guste.

"-Así me gusta, mi niña -habló entonces su tutor, con una voz tan afectuosa que no parecía la suya-. Y ahora, ¿qué te parece si sellamos la reconciliación con un beso?
Catalina abrió la boca más que sorprendida, pero enseguida se recompuso, y todos los músculos de Elena empezaron a temblar como una hoja ante la obscenidad que se ocultaba tras su insinuante pregunta. Una oleada de bilis amarga casi la hizo vomitar cuando los rasgos del semblante de Juan, tan cerca del de ella, fueron de pronto tan claros. [...]
-Claro -consiguió decir sin que la voz le temblara-. Un beso, Juan.
Entonces, con un valor que no sabía que fuera capaz de poseer, tomó el rostro de Juan entre sus manos y acercó su boca a la de él. Por unos instantes interminables permaneció así y luego, súbitamente, estampó un casto beso en su frente." 

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